(Visión del Papa Pío V de la victoria de Lepanto. Museo Naval de Madrid.)
Según recoge el diario ABC, del 21 de mayo de 1939, Francisco Franco
rezó así: «Señor, acepta complacido el esfuerzo de este pueblo, siempre
tuyo, que conmigo, por tu nombre, ha vencido con heroísmo al enemigo de
la Verdad en este siglo. Señor Dios, en cuyas manos están todo Derecho y
todo Poder, préstame Tu asistencia para conducir a este pueblo a la
plena libertad y el imperio, para gloria Tuya y de Tu Iglesia: Señor,
que todos los hombres conozcan que Jesús es el Cristo, Hijo de Dios
vivo».
Franco colocó su espada a los pies del Cristo de Lepanto y el cardenal Gomá, dirigiéndose al Caudillo, le habló así: «El Señor sea siempre contigo. Él, de quien procede todo Derecho y todo Poder, y bajo cuyo imperio están todas las cosas, te bendiga y con amorosa providencia siga protegiéndote, así como al pueblo cuyo régimen te ha sido confiado. Prenda de ello sea la bendición que te doy en nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».
Blas Piñar López.
Franco colocó su espada a los pies del Cristo de Lepanto y el cardenal Gomá, dirigiéndose al Caudillo, le habló así: «El Señor sea siempre contigo. Él, de quien procede todo Derecho y todo Poder, y bajo cuyo imperio están todas las cosas, te bendiga y con amorosa providencia siga protegiéndote, así como al pueblo cuyo régimen te ha sido confiado. Prenda de ello sea la bendición que te doy en nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».
Blas Piñar López.
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