martes, 7 de diciembre de 2010
Inmaculada Concepción, patrona de España.
Si hay una nación que se ha distinguido sobre otras en la defensa de la Iglesia católica y de sus dogmas es España. La otrora "trinchera de Cristo Rey" combatió en los campos de batalla de todo el globo por Roma y la Cruz de Cristo y su labor misionera providencial hizo que hoy se rezara mucho en español.
El dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María fue proclamado por el actualmente beatificado Pío IX, en la bula “Ineffabilis Deus”, de 7 de diciembre de 1854:
"Declaramos y definimos, que es doctrina revelada por Dios, la que sostiene, que la beatísima Virgen María en el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente y en previsión de los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, fue preservada de toda mancha de pecado original"
El 8 de diciembre de 1857 el mismo papa Pío IX mandó construir en la plaza de España de Roma (delante de la embajada de España ante la Santa Sede) el monumento a la Inmaculada Concepción. En medio de la ceremonia, al bendecir la imagen, declaró al embajador de España ante la Santa Sede:
"Fue España, la Nación, que por sus reyes y por sus teólogos, trabajó más que nadie para que amaneciera el día de la proclamación del dogma de la Concepción Inmaculada de María"
También es la patrona de la Infantería española desde que su protección intercedió por las tropas de España el 8 de diciembre de 1585 en la batalla de Bombel (Holanda).
Durante la época iconoclasta de la II República se suprimió esta festividad hasta la Cruzada de Liberación, momento en el que se restauró la festividad en el bando nacional.
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