Blanca de Ugarte (Fotografías: Museo Naval)
Antes de entrar en el Museo Naval, situado en el céntrico paseo del Prado de Madrid, la maqueta en bronce de una carabela de Colón que indica la entrada a esta emblemática institución de la Marina nos da la primera pista. Una gran cruz preside su vela principal. Al igual que las carabelas que descubrieron América, otros muchos navíos españoles, como la nao "Victoria" o el galeón "San Martín", capitaneados por ilustres marinos como Juan Sebastián Elcano o Álvaro de Bazán respectivamente, protagonizaron la Historia Naval con la cruz en sus velas.
En el interior del Museo son muchas las obras, los documentos y las maquetas que dan fe del fuerte vínculo entre la tradición marinera con el cristianismo. 1. Primer homenaje a Colón (12 de octubre de 1492)
En nombre de los Reyes Católicos, Cristóbal Colón tomó posesión de la isla de Guanahani. Como explica a EL IMPARCIAL el ex director del Museo y autor de su catálogo, la “escena representada por José Garnelo Alda en 1892, resulta teatral y aparatosa” y en ella la cruz que eleva el descubridor de América tiene un protagonismo especial al estar situada casi al centro del lienzo.
2. Modelo ideal de la nao "Victoria" (1519-1522)
La nao que primero fue capitaneada por Fernando de Magallanes y, tras su muerte, por Juan Sebastián Elcano, llevaba la cruz de Santiago en la vela mayor. Este modelo de Manuel Monmeneu construido en 1980 representa la nao navegando escorada bajo un viento fuerte.
3. El regreso de Juan Sebastián de Elcano a Sevilla tras la primera circunnavegación del mundo (8 de septiembre de 1522)
Tras tres años de dura navegación, la tripulación de la “Victoria” desembarca en Sevilla tras haber completado la primera vuelta al mundo. En este lienzo, pintado con motivo del IV centenerio del viaje de Magallanes y Elcano, Elías Salaverría describe una tradición marinera. La dotación al completo con una vela en la mano, encabezada por el capitán Juan Sebastián Elcano, abandona el barco y se dirige en acción de gracias a las iglesias de Nuestra Señora de la Victoria y Nuestra Señora de la Antigua.
4. La revelación a San Pío V de la victoria de la Santa Liga en Lepanto (7 de octubre de 1571)
Este óleo anónimo de la escuela hispano-flamenca relata uno de los capítulo más interesantes de la vinculación religiosa de la Historia Naval. El Papa Pío V, situado a la izquierda del cuadro, oraba en el Vaticano el 7 de octubre de 1571 cuando “tuvo una visión de la batalla que en aquellos momentos se libraba en aguas de Lepanto entre las armadas de la Santa Liga y Turquía”, explica el almirante González-Aller mientras muestra la parte derecha del cuadro donde se aprecia la escena bélica con la galera real de don Juan de Austria y la galera sultana de Alí Pasha, comandante general de la fuerza enemiga. El Pontífice anunció públicamente la victoria de la armada ese mismo 7 de octubre. Casi 20 días más tarde la noticia real llegó a Roma y se certificaba la visión del Papa.
El almirante González-Aller nos llama por otra parte la atención sobre la presencia de la Virgen del Rosario que fue hasta el siglo XX la Patrona de la Armada. El historiador naval apunta por otra parte que la representación de la Inmaculada Concepción procedente del Apocalipsis, con “una corona de doce estrellas” (Ap. 12.1), inspiró la bandera de la Unión Europea.
5. Montante bendito de don Juan de Austria (1568)
Tras la victoria en batalla de Lepanto, el Papa Pío V concedió este estoque a Don Juan de Austria. Un regalo que respondía a una tradición que venía desarrollándose desde el pontificado de Julio II (1503-1513). El Vaticano premiaba con un montante a los hombres que defendieron la fe católica. “Cada año se forjaba uno y era bendecido con gran solemnidad la noche de Navidad por el Papa acompañado por el colegio cardenalicio”, indica el almirante. Este estoque es de acero, oro y plata y lleva grabado en la mitad de su hoja de acero de dos filos “PIVS . V . PONT . MAX . ANNO III”, el escudo papal y la marca del espadero, una letra griega omega coronada por una cruz.
6. Estandarte de la Santa Liga (1571)
Esta acuarela es la copia del estandarte de la Santa Liga que llevó don Juan de Austria en la galera real durante la batalla de Lepanto que actualmente conserva la Catedral de Toledo. El crucifijo en el centro lleva a sus pies el escudo de armas de San Pío V y el de don Juan de Austria. Está custodiado a su derecha por el escudo de Venecia y a su izquierda por el del emperador Carlos V.
8. Placa de la gran cruz de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III (1802)
La Inmaculada Concepción protagoniza la gran cruz de la Real Orden de Carlos III, instituida por el monarca para conmemorar el nacimiento de su nieto, el infante Carlos Clemente, el primogénito del Príncipe de Asturias. Esta condecoración perteneció a Federico Gravina, capitán general de la Real Armada, concedida por S.M. tras la campaña de Santo Domingo (1802).
8. La Santísima Trinidad (1803)
Como dice el himno de la Armada, "en la victoria de Lepanto y la muerte en Trafalgar”. Este óleo de la Santisíma Trinidad fue testigo de la histórica derrota naval de la armada franco-española frente a la británica. Explica el almirante González-Aller que “esta pintura presidía la cámara de popa del navío ’Santísima Trinidad’ en cumplimiento a Real Orden circular de 26 de octubre de 1778 que disponía que en todo buque del rey hubiese ’un cuadro decente, de proporcionado tamaño y marco dorado, en que esté pintado el Santo que debiera ser Patrono de él’ para colocarlo en su cámara”.
Durante el combate, la obra fue dañada y presenta en el ángulo inferior derecha un impacto de bala de metralla. Antes de que el barco se fuera a pique, un oficial británico la recogió y más tarde fue devuelta a Francisco Javier de Uriarte y Borja, el comandante del navío, herido y prisionero de guerra en Gibraltar.
9. Repostero de la casa ducal de Fernán Núñez (c 1690)
La vela requisada a una galera turca en la batalla de Lepanto fue pintada en 1690 por un discípulo de Murillo a petición del conde de Fernán Núñez, capital general de la Armada del Mar Océano. Su intención, explica el historiador González-Aller, era “recubrir dignamente la vela”. Para ello el artista representó un Cristo crucificado sobre un gran escudo con las armas reales españolas, una Inmaculada Concepción rodeada de ángeles y un apóstol Santiago cargando sobre un grupo de turcos derribados por el caballo.
Este repostero se encuentra expuesto en el Patio de la Construcción Naval del Museo y a sus pies se instala tradicionalmente el altar con la imagen de la Virgen del Carmen donde se oficia la Misa en ocasiones especiales como el Día de la Patrona o funerales de marinos ilustres como los oficiados por el eterno descanso del vicealmirante don Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto, duque de Veragua, asesinado por Eta en 1986, y el de don Juan de Borbón y Battenberg, capitán general de la Armada, conde de Barcelona y presidente del Patronato del Museo Naval, fallecido en 1993.
10. La Santísima Virgen del Carmen, Patrona de la Armada (siglo XIX)
La Virgen del Carmen es Patrona de la Marina de Guerra desde el 19 de abril de 1901 en virtud de la Real Orden que considera oportuno celebrar un acto para mantener “vivo el espíritu de compañerismo y de afecto" y recordar a los caídos por la Patria durante su festividad, el 16 de julio. Otra Real Orden, de 28 de junio del mismo año, dio las instrucciones para estas conmemoraciones pero, con la proclamación de la República en 1931, estas órdenes fueron derogadas y restablecidas en 1938. En 1951 el Gobierno solicitó al Vaticano la confirmación canónica del patronazgo marinero de la Virgen del Carmen. En su honor los navegantes españoles, militares y civiles, cantan la Salve Marinera.
El museo naval de Madrid es increíble, le recomiendo a todo el mundo que vaya a verlo. No entiendo como es tan desconocido para la mayoría de la gente.
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