jueves, 30 de diciembre de 2010

Trafalgar.



"El espectáculo que ofrecía el interior del Santísima Trinidad era el de un infierno. Las maniobras habían sido abandonadas, porque el barco no se movía ni podía moverse. Todo el empeño consistía en servir las piezas con la mayor presteza posible, correspondiendo así al estrago que hacían los proyectiles enemigos. La metralla inglesa rasgaba el velamen como si grandes e invisibles uñas le hicieran trizas. Los pedazos de obra muerta, los trozos de madera, los gruesos obenques segados cual haces de espigas, los motones que caían, los trozos de velamen, los hierros, cabos y demás despojos arrancados de su sitio por el cañón enemigo, llenaban la cubierta, donde apenas había espacio para moverse. De minuto en minuto caían al suelo o al mar multitud de hombres llenos de vida; las blasfemias de los combatientes se mezclaban a los lamentos de los heridos, de tal modo que no era posible distinguir si insultaban a Dios los que morían, o le llamaban con angustia los que luchaban."

"EPISODIOS NACIONALES, TRAFALGAR"
BENITO PEREZ GALDOS

lunes, 27 de diciembre de 2010

Muchas gracias, una vez más.

¡MALDITO SEA EL PUEBLO QUE OLVIDA A SUS HÉROES!

Así comienza nuestro artículo, dedicada en su totalidad a todos aquellos desconocidos que quedaron en las llanuras heladas de Rusia por la defensa de un ideal ahora mal visto y ocultado por los poderes bienpensantes y “buenistas” de la democracia. Lo dedicamos a la 250. Einheit Spanischer Freiwilliger de la Wehrmacht , más conocida como la División Azul (Blaue Division, para el ejército alemán). En ella, un puñado de hombres, de jóvenes idealistas, fueron a Rusia para combatir el comunismo y luchar por una Europa como ellos concebían: humanista, unida, fuerte, justa y cristiana. Ello les exigía en ese momento crucial de la Historia entregar sus vidas lejos de su tierra para defenderla del comunismo herético contra el que ya lucharon en su Patria. En definitiva, fueron a “devolver la visita a los rusos, por educación”.

La División 250 sirvió en el frente ruso a partir de 1941 (y oficialmente hasta 1943) en el bando alemán. Destacamos la palabra “oficialmente” puesto que hubo muchos españoles que se negaron a volver a España una vez que el Jefe del Estado, el General Francisco Franco, ordenase el retorno de la Blaue Division en 1943, cuando el curso de la guerra iba por otros derroteros a los esperados en un principio. La División Azul regresó a casa y la frontera entre España y Francia fue cerrada a cal y canto. La Historia había dictado sentencia y el Generalísimo no estaba dispuesto a que España sufriese las consecuencias de la victoria aliada en Europa sobre el Eje. España lo primero. Puede que haya gente que critique la decisión de Franco, pero la responsabilidad de dirigir el timón de la Patria exige tomar decisiones que no gustan a todos, ni siquiera al propio Caudillo. Aún así, un puñado de idealistas, comandados por Miguel Ezquerra, y arriesgándolo todo, quisieron combatir hasta el final junto a sus camaradas europeos, llegando incluso a defender el edificio de la Cancillería en el Berlín asediado por los rusos. Una historia apasionante pero que ahora no nos ocupa.

Nuestra obra se centrará en las conclusiones que el que firma saca de las largas charlas y conversaciones con mi tío Guillermo, un licenciado en Medicina y Veterinaria de 94 años, y que fue testigo presencial de los hechos relatados en esta obra cuando tuvo el orgullo y el honor de servir en la gloriosa y heroica División 250 entre junio de 1941 y septiembre de 1942. Nuestro protagonista combatió en la batalla del Lago Ilmen, un lugar con una extensión de 2.200 kilómetros cuadrados. Se encuentra al sur del Lago Ladoga y unido a éste por su principal emisario que es, precisamente el Río Volchov.

La historia es la siguiente: A comienzos de enero de 1942, alrededor de medio millar de hombres de la 290 División alemana fueron atacados por el 71 Batallón de Esquiadores soviéticos en la aldea de Wswad, al sur del Lago Ilmen. Y la compañía de esquiadores españoles es la encargada de acudir en su ayuda. Un total de 206 soldados, provistos de 60 trineos, comienzan su marcha en la noche del 10 de enero desde la costa norte del Lago Ilmen. Solamente 30 kilómetros les separan de sus camaradas alemanes sitiados. El problema residía en que para llegar a la aldea hay que atravesar todo el lago: un terreno helado que está repleto de desniveles, grietas y muros de hielo infranqueables. Asimismo, las temperaturas son bajísimas, fuera del lago los termómetros marcan 33º bajo cero. Pero dentro del lago, de madrugada y bajo un viento gélido, la Compañía tiene que soportar temperaturas de hasta 50º bajo cero. Este es el panorama que mi tío Guillermo se encontró y vivió en primera persona.

¿Qué es lo que hace que un puñado de hombres decidan largarse a Rusia nada más acabar la guerra en España?... “YO CREO QUE ESTA ALZADA LA BANDERA”. Eso nos dijo el mejor hombre de España (José Antonio Primo de Rivera) aquel 29 de octubre de 1933 (fundación de Falange Española en el teatro de “La Comedia” en Madrid); esa voz que así habló fue alevosamente silenciada a balazos, pero la bandera anunciada continuó alzada. ¡Siempre alzada! Quizás ese espíritu de combate hizo que muchos decidiesen hacer el petate y combatir en aquel territorio desconocido y sombrío llamado Rusia. La situación es comparable a la que se encuentran Frodo y Sam cuando van, como portadores del Anillo, hacía la Tierra Oscura, en El Señor de los Anillos, de Tolkien. Fueron para salvar la civilización del hombre, apunto de ser machacada por la fuerza invasora de los orcos. Algo parecido pasó con los voluntarios que fueron a Rusia, a esa “tierra negra” desconocida para salvar a Europa del individualismo marxista.



(Aurora Borja, madre de Nemesio García, miembro de la División Azul muerto en combate.)

Nuestro protagonista vive a 40 Km. de Madrid, al pie de los cordeles de la Sierra de Guadarrama y en el valle del río del mismo nombre. Seguro que la mayoría de la gente allí ignoraba que uno de sus vecinos había combatido con el uniforme del denostado ejército alemán. Y que además había ido allí con el único objetivo de “devolver la visita a los rusos”, eso sí, y aclarando, “por educación”. Y que además había sido condecorado con la Cruz de Hierro de 2ª Clase (cómo la de la madre enlutada, pero a la ver orgullosa, de la foto) o la medalla Militar Colectiva entre muchas otras. Pues sí, señores españolitos de a píe, aquí tenemos a uno de esos hombres que pertenecían a otro tipo de raza, de las que se batían a duelo cuando veían su honor mancillado, y que para ellos, España “era su Dulcinea”. Aquí, a 40 Km. de Madrid tenemos uno de esos ejemplares, y tenemos que espabilar, que quedan ya pocos.

¿Qué nos puede aportar nuestro protagonista? Antes que nada, ¡EJEMPLO!. Ahora, en una sociedad como la nuestra en la que prima el dinero y el bienestar individual sobre el colectivo, gente como nuestro protagonista quedan pocos. Ahora el personal vive, y sobrevive, en la rutina. No digo, ¡ojo!, que la generación de hoy sean todos unos infelices deprimidos. Me refiero a que las generaciones anteriores eran más a lo Alatriste. No creo que hoy en día casi nadie se aventurara a una tarea tan ajena como luchar contra el comunismo en las tierras más lejanas posibles. Es más, para mí que los Alatristes del s. XX fueron precisamente este tipo de soldados. ¿El Capitán Alatriste por qué es famoso?... por luchas en Flandes, simple y llanamente, contra la herejía protestante. La División Azul, ¿a qué fue a Rusia?, pues a luchar contra la mayor herejía del s. XX.: el comunismo. Quizás la comparación sea un poco forzada pero las circunstancias son parecidas. La hazaña de poner una pica en Flandes es comparable a la mayor gesta española del s.XX.

¿Se lo hemos agradecido las generaciones posteriores a la de mi tío?... yo creo que no. Viven en el olvido. Ahora se homenajea a las Brigadas Internacionales y se olvida a los que posibilitaron, en parte, que España en particular, y Europa occidental en general, vivan hoy en una prosperidad envidiable durante años. Así que sólo me queda decir: ¡MALDITO SEA EL PUEBLO QUE OLVIDA A SUS HÉROES...!

FERNANDO GONZÁLEZ DE CANALES

viernes, 17 de diciembre de 2010

El Pardo resiste aún.



Hace unas semanas se decía que las dependencias privadas del General Francisco Franco en el Palacio de El Pardo habían sido (o iban a ser) desmanteladas por los mercenarios de Rubalcaba de "Patrimonio Nacional". Pues bien, a día de hoy, 17 de diciembre de 2010, las cosas siguen igual que siempre.
Hoy he tenido el placer, sí, no me equivoco de palabra, EL PLACER, de visitar la antigua residencia del anterior Jefe de Estado durante 35 años con el miedo de encontrarme con una chapuza como las que nos tienen acostumbrados estos iconoclastas marxistas y, sin embargo, la sorpresa de que todo está igual, que no han metido mano aún, ha sido una gran alegría. Por eso hablo de "placer" tal cual.
Mi alegría iba in crescendo por cada sala que iba pasando. La guía oficial de Patrimonio Nacional explicaba sin omitir a Franco, una referencia obligada en cada explicación de las habitaciones por las que iba pasando. Su marca histórica y 35 años de vida privada entre esas paredes pesan mucho a pesar de los resentidos de siempre. Cada dependencia por la que pasabamos desmantelaba mis temores. El comedor del palacio, que acogía los Consejos de Ministros durante el franquismo, seguía igual. Después el despacho oficial de Franco, con su referencia obligada por parte de la guía de Patrimonio. Y para acabar el "área privada" del palacio, y que sirvió de vivienda de la familia Franco durante los 35 años que pasaron en El Pardo: la habitación privada del matrimonio Franco, el oratorio donde se celebraba misa diaria, el cuarto de baño, el comedor de diario (donde hoy almorzan los jefes de estado que se hospedan allí) y el vestidor, que acoge hoy reproducciones de los uniformes oficiales y condecoraciones de Franco, además de un viejo televisor, una radio y un tocadiscos.
La visita en general ha sido una gran sorpresa para bien. No me esperaba la verdad que aún se pudiese apreciar todo aquello que hace sólo unos días decían que habían desmantelado y guardado en un almacén.
Aunque parezca que sí, no estoy cantando victoria. El gobierno quiere hacer daño y lo seguirá haciendo, igual que lo han hecho con el Valle de los Caídos, el museo del Ejército, el Alcazar de Toledo... y un largo etcétera, pues también pueden hacerlo perfectamente con el Palacio de El Pardo, y seguramente acabará cayendo en el expolio de la farsa histórica.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Sobre el carácter "católico" de la Falange.

Para cerrar ciertas y concienzudas bocas de muchos que se autodefinen como supermegacatólicos o falagistasauténticos cuando ponen en duda públicamente o niegan el carácter católico y religioso del movimiento político fundado por José Antonio Primo de Rivera, Ramiro Ledesma, Onésimo Redondo o Julio Ruíz de Alda les dejo aquí estas palabras del último aquí nombrado:

¡Católicos! Para aclarar ciertas dudas, y sobre todo malas interpretaciones que intencionadamente se dan por adversarios políticos nuestros al artículo 25 de nuestro programa nacionalsindicalista en lo referente a nuestra actitud frente a la Iglesia, Falange Española aclara y concreta su posición, diciendo: Uno de los fines de Falange Española es elevar todos los valores morales del español, y entre éstos en primer lugar y primordialmente el religioso, y por lo tanto, no sólo no va en contra de la Iglesia Católica, sino que ésta tendrá en el Estado Nacionalsindicalista español su mayor apoyo para su apostolado”.

También hago referencia al mencionado "
Punto 25" del programa de la Falange:

"Nuestro movimiento incorpora el sentido católico –de gloriosa tradición y predominante en España- a la reconstrucción nacional. La Iglesia y el Estado concordarán sus facultades respectivas sin que se admita intromisión o actividad alguna que menoscabe la dignidad del Estado o la integridad nacional.
"

jueves, 9 de diciembre de 2010

Los símbolos católicos que los marinos de guerra llevan 500 años venerando.

Desde tiempos inmemoriales, la Armada española ha estado vinculada a la tradición religiosa. Condecoraciones, crucifijos, estandartes, cálices certifican que los marinos de guerra han venerado a su Patrona, primero la Virgen del Rosario y, después, la del Carmen. Han llevado en sus velas y banderas la cruz y la han elevado y custodiado durante siglos. El Museo Naval de Madrid da buena cuenta de ello. He aquí algunos ejemplos.

Blanca de Ugarte (Fotografías: Museo Naval)

Antes de entrar en el Museo Naval, situado en el céntrico paseo del Prado de Madrid, la maqueta en bronce de una carabela de Colón que indica la entrada a esta emblemática institución de la Marina nos da la primera pista. Una gran cruz preside su vela principal. Al igual que las carabelas que descubrieron América, otros muchos navíos españoles, como la nao "Victoria" o el galeón "San Martín", capitaneados por ilustres marinos como Juan Sebastián Elcano o Álvaro de Bazán respectivamente, protagonizaron la Historia Naval con la cruz en sus velas.

En el interior del Museo son muchas las obras, los documentos y las maquetas que dan fe del fuerte vínculo entre la tradición marinera con el cristianismo.

1. Primer homenaje a Colón (12 de octubre de 1492)

Primer homenaje a Colón (12 de octubre de 1492) Foto: Museo Naval



En nombre de los Reyes Católicos, Cristóbal Colón tomó posesión de la isla de Guanahani. Como explica a EL IMPARCIAL el ex director del Museo y autor de su catálogo, la “escena representada por José Garnelo Alda en 1892, resulta teatral y aparatosa” y en ella la cruz que eleva el descubridor de América tiene un protagonismo especial al estar situada casi al centro del lienzo.

 Modelo ideal de la nao

2. Modelo ideal de la nao "Victoria" (1519-1522)


La nao que primero fue capitaneada por Fernando de Magallanes y, tras su muerte, por Juan Sebastián Elcano, llevaba la cruz de Santiago en la vela mayor. Este modelo de Manuel Monmeneu construido en 1980 representa la nao navegando escorada bajo un viento fuerte.










l regreso de Juan Sebastián de Elcano a Sevilla tras la primera circunnavegación del mundo (8 de septiembre de 1522) (Foto: Museo Naval)





3. El regreso de Juan Sebastián de Elcano a Sevilla tras la primera circunnavegación del mundo (8 de septiembre de 1522)
Tras tres años de dura navegación, la tripulación de la “Victoria” desembarca en Sevilla tras haber completado la primera vuelta al mundo. En este lienzo, pintado con motivo del IV centenerio del viaje de Magallanes y Elcano, Elías Salaverría describe una tradición marinera. La dotación al completo con una vela en la mano, encabezada por el capitán Juan Sebastián Elcano, abandona el barco y se dirige en acción de gracias a las iglesias de Nuestra Señora de la Victoria y Nuestra Señora de la Antigua.




4. La revelación a San Pío V de la victoria de la Santa Liga en Lepanto (7 de octubre de 1571)


La revelación a San Pío V de la victoria de la Santa Liga en Lepanto (7 de octubre de 1571) Foto: Museo Naval



Este óleo anónimo de la escuela hispano-flamenca relata uno de los capítulo más interesantes de la vinculación religiosa de la Historia Naval. El Papa Pío V, situado a la izquierda del cuadro, oraba en el Vaticano el 7 de octubre de 1571 cuando “tuvo una visión de la batalla que en aquellos momentos se libraba en aguas de Lepanto entre las armadas de la Santa Liga y Turquía”, explica el almirante González-Aller mientras muestra la parte derecha del cuadro donde se aprecia la escena bélica con la galera real de don Juan de Austria y la galera sultana de Alí Pasha, comandante general de la fuerza enemiga. El Pontífice anunció públicamente la victoria de la armada ese mismo 7 de octubre. Casi 20 días más tarde la noticia real llegó a Roma y se certificaba la visión del Papa.

El almirante González-Aller nos llama por otra parte la atención sobre la presencia de la Virgen del Rosario que fue hasta el siglo XX la Patrona de la Armada. El historiador naval apunta por otra parte que la representación de la Inmaculada Concepción procedente del Apocalipsis, con “una corona de doce estrellas” (Ap. 12.1), inspiró la bandera de la Unión Europea.

5. Montante bendito de don Juan de Austria (1568)

 Montante bendito de don Juan de Austria (1568) Foto: Museo Naval



Tras la victoria en batalla de Lepanto, el Papa Pío V concedió este estoque a Don Juan de Austria. Un regalo que respondía a una tradición que venía desarrollándose desde el pontificado de Julio II (1503-1513). El Vaticano premiaba con un montante a los hombres que defendieron la fe católica. “Cada año se forjaba uno y era bendecido con gran solemnidad la noche de Navidad por el Papa acompañado por el colegio cardenalicio”, indica el almirante. Este estoque es de acero, oro y plata y lleva grabado en la mitad de su hoja de acero de dos filos “PIVS . V . PONT . MAX . ANNO III”, el escudo papal y la marca del espadero, una letra griega omega coronada por una cruz.

6. Estandarte de la Santa Liga (1571)

Estandarte de la Santa Liga (1571)



Esta acuarela es la copia del estandarte de la Santa Liga que llevó don Juan de Austria en la galera real durante la batalla de Lepanto que actualmente conserva la Catedral de Toledo. El crucifijo en el centro lleva a sus pies el escudo de armas de San Pío V y el de don Juan de Austria. Está custodiado a su derecha por el escudo de Venecia y a su izquierda por el del emperador Carlos V.

Placa de la gran cruz de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III (1802)



8. Placa de la gran cruz de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III (1802)

La Inmaculada Concepción protagoniza la gran cruz de la Real Orden de Carlos III, instituida por el monarca para conmemorar el nacimiento de su nieto, el infante Carlos Clemente, el primogénito del Príncipe de Asturias. Esta condecoración perteneció a Federico Gravina, capitán general de la Real Armada, concedida por S.M. tras la campaña de Santo Domingo (1802).



La Santísima Trinidad (1803) (Foto: Museo Naval)


8. La Santísima Trinidad (1803)
Como dice el himno de la Armada, "en la victoria de Lepanto y la muerte en Trafalgar”. Este óleo de la Santisíma Trinidad fue testigo de la histórica derrota naval de la armada franco-española frente a la británica. Explica el almirante González-Aller que “esta pintura presidía la cámara de popa del navío ’Santísima Trinidad’ en cumplimiento a Real Orden circular de 26 de octubre de 1778 que disponía que en todo buque del rey hubiese ’un cuadro decente, de proporcionado tamaño y marco dorado, en que esté pintado el Santo que debiera ser Patrono de él’ para colocarlo en su cámara”.

Durante el combate, la obra fue dañada y presenta en el ángulo inferior derecha un impacto de bala de metralla. Antes de que el barco se fuera a pique, un oficial británico la recogió y más tarde fue devuelta a Francisco Javier de Uriarte y Borja, el comandante del navío, herido y prisionero de guerra en Gibraltar.

9. Repostero de la casa ducal de Fernán Núñez (c 1690)





La vela requisada a una galera turca en la batalla de Lepanto fue pintada en 1690 por un discípulo de Murillo a petición del conde de Fernán Núñez, capital general de la Armada del Mar Océano. Su intención, explica el historiador González-Aller, era “recubrir dignamente la vela”. Para ello el artista representó un Cristo crucificado sobre un gran escudo con las armas reales españolas, una Inmaculada Concepción rodeada de ángeles y un apóstol Santiago cargando sobre un grupo de turcos derribados por el caballo.

Este repostero se encuentra expuesto en el Patio de la Construcción Naval del Museo y a sus pies se instala tradicionalmente el altar con la imagen de la Virgen del Carmen donde se oficia la Misa en ocasiones especiales como el Día de la Patrona o funerales de marinos ilustres como los oficiados por el eterno descanso del vicealmirante don Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto, duque de Veragua, asesinado por Eta en 1986, y el de don Juan de Borbón y Battenberg, capitán general de la Armada, conde de Barcelona y presidente del Patronato del Museo Naval, fallecido en 1993.

La Santísima Virgen del Carmen, Patrona de la Armada (siglo XIX)

10. La Santísima Virgen del Carmen, Patrona de la Armada (siglo XIX)


La Virgen del Carmen es Patrona de la Marina de Guerra desde el 19 de abril de 1901 en virtud de la Real Orden que considera oportuno celebrar un acto para mantener “vivo el espíritu de compañerismo y de afecto" y recordar a los caídos por la Patria durante su festividad, el 16 de julio. Otra Real Orden, de 28 de junio del mismo año, dio las instrucciones para estas conmemoraciones pero, con la proclamación de la República en 1931, estas órdenes fueron derogadas y restablecidas en 1938. En 1951 el Gobierno solicitó al Vaticano la confirmación canónica del patronazgo marinero de la Virgen del Carmen. En su honor los navegantes españoles, militares y civiles, cantan la Salve Marinera.





ENLACE A LA NOTICIA DE "EL IMPARCIAL"

martes, 7 de diciembre de 2010

Inmaculada Concepción, patrona de España.



Si hay una nación que se ha distinguido sobre otras en la defensa de la Iglesia católica y de sus dogmas es España. La otrora "trinchera de Cristo Rey" combatió en los campos de batalla de todo el globo por Roma y la Cruz de Cristo y su labor misionera providencial hizo que hoy se rezara mucho en español.

El dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María fue proclamado por el actualmente beatificado Pío IX, en la bula “Ineffabilis Deus”, de 7 de diciembre de 1854:


"Declaramos y definimos, que es doctrina revelada por Dios, la que sostiene, que la beatísima Virgen María en el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente y en previsión de los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, fue preservada de toda mancha de pecado original"

El 8 de diciembre de 1857 el mismo papa Pío IX mandó construir en la plaza de España de Roma (delante de la embajada de España ante la Santa Sede) el monumento a la Inmaculada Concepción. En medio de la ceremonia, al bendecir la imagen, declaró al embajador de España ante la Santa Sede:

"Fue España, la Nación, que por sus reyes y por sus teólogos, trabajó más que nadie para que amaneciera el día de la proclamación del dogma de la Concepción Inmaculada de María"

También es la patrona de la Infantería española desde que su protección intercedió por las tropas de España el 8 de diciembre de 1585 en la batalla de Bombel (Holanda).

Durante la época iconoclasta de la II República se suprimió esta festividad hasta la Cruzada de Liberación, momento en el que se restauró la festividad en el bando nacional.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Generación "Ni-Ni": ni hoy ni hace 32 años.



Las razones son las mismas que las del 6 de diciembre de 1978. Hoy todos los males "futuribles" que se preveían en 1978 son males evidentes y presentes que han hecho un mal considerable al "alma" de España.
Por ello hoy no hay nada que celebrar en España. Los actos conmemorativos institucionales, fríos, protocolarios y alejados de la realidad popular, que se repiten cada año en el Congreso de los Diputados, son la viva imagen de la realidad de una nación enferma y de una sociedad anestesiada que "pasa" olímpicamente de la clase política y del texto constitucional. Por ello, ni hoy ni hace 32 años, en España no se celebra nada.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Hoy nació Franco.



En Ferrol (La Coruña), a las 12:30 horas de la noche del 3 al 4 de diciembre de 1892, nació Francisco Franco Bahamonde, futuro Generalísimo de los Ejércitos y Caudillo de España. Hoy Franco tendría más de 115 años... en situaciones normales la figura histórica de Francisco Franco sería un recuerdo agradable y glorioso, sí, no me equivoco, AGRADABLE y GLORIOSO, de nuestro historia reciente. Su figura estaría tratada como lo que fue, el Jefe del Estado español desde el 1 de octubre de 1936 hasta el 20 de noviembre de 1975. Su época trajo enormes benefícios para España y posibilitó que el progreso en todos los campos alcanzará los niveles de cualquier estado moderno de Europa. En palabras de Pio Moa, y vapuleando al "historiador" Paul Preston:

Preston dice que Franco era un mal militar, pero ganó la guerra; dice que quería entrar en la Guerra Mundial y no entró y que empobreció al país, cuando al final del franquismo España era más rica de lo que nunca había sido.

Pero las cirscunstancias actuales no son las que deberían de haber sido y la historia "oficial" no ha hecho otra cosa sino vapulear a Franco y su memoria. Su presencia en los medios de desinformación, en las leyes del gobierno, en la polémica diaria cotidiana y en boca de todos hace que su figura esté viva. Por eso Franco, a más de 115 años después de su nacimiento, sigue vivo. Un auténtico record guinness.